¿Cómo se clasifican los minerales?
Los minerales se clasifican en función de su composición química y estructura cristalina, según el anión o grupo aniónico predominante. La clasificación más común incluye varios grupos:
- Silicatos: Contienen silicio y oxígeno, y son los más abundantes en la corteza terrestre. Algunos ejemplos incluyen el cuarzo y el feldespato.
- Carbonatos: Formados por carbonato de calcio y otros metales, como la calcita y la dolomita.
- Óxidos: Compuestos de oxígeno y otros elementos, como el óxido de aluminio (bauxita) y el óxido de hierro (hematites).
- Sulfuros: Contienen azufre y metales, como la pirita y la galena.
- Fosfatos: Formados por fosfato de metales, como la apatita.
- Haluros: Minerales que contienen halógenos, como la sal de roca (halita).
Los factores que influyen en su formación:
· Condiciones geológicas: La temperatura, presión y el ambiente geológico son fundamentales. Por ejemplo, los minerales pueden formarse a partir de magma o soluciones hidrotermales.
· Tiempo: La duración de los procesos geológicos puede afectar el tipo y la cantidad de minerales que se forman.
· Composición química: La disponibilidad de ciertos elementos en el medio ambiente determina qué minerales pueden formarse.
· Actividad biológica: Algunos minerales, como los fosfatos, pueden formarse a través de procesos biológicos, aunque la mayoría son inorgánicos.
Estos factores interactúan de diversas maneras, dando lugar a la variedad de minerales que se encuentran en la naturaleza.
¿Qué papel juegan los ciclos geológicos, como el ciclo del agua y de las rocas?
El ciclo de las rocas es el proceso fundamental mediante el cual las rocas ígneas, sedimentarias y metamórficas se transforman de una forma a otra en un ciclo constante impulsado por los procesos geológicos de la Tierra.
1. Procesos internos
Rocas ígneas o magmáticas
El desarrollo del ciclo de las rocas inicia cuando los volcanes expulsan al exterior de la Tierra el magma. Este contiene una serie de minerales derretidos que, al enfriarse, generan estructuras cristalinas y en conjunto forman las rocas ígneas.
Por otro lado, las rocas ígneas también se pueden formar debajo de la superficie del suelo en los casos en que el magma no logra salir. En este caso, el magma se enfría lentamente, se forma la roca y junto con los movimientos de las capas terrestres va subiendo hasta llegar a la superficie.
Por lo tanto, las rocas ígneas se pueden formar de dos maneras, tanto en la superficie como en el interior de la corteza terrestre. Luego, dependiendo del lugar donde se ubiquen las rocas ígneas y tras los efectos de la erosión, del agua y del viento, estas rocas se van desgastando y fragmentando hasta formar finos sedimentos rocosos. Entre estas rocas, están las rocas volcánicas y las plutónicas.
Rocas metamórficas
Las rocas metamórficas derivan de la transformación de otras rocas. Cuando estas rocas quedan entre las diversas capas de tierra, ocurre un cambio en sus estructuras, debido a la alta presión y las elevadas temperaturas.
2. Procesos externos o exógeno
Rocas sedimentarias
Las rocas sedimentarias se forman por la aglomeración de sedimentos rocosos. Estos quedan en la superficie del terreno y son afectadas por la erosión y el movimiento. Una vez que se depositan, se forman distintos tipos de rocas. Entre las rocas sedimentarias están las rocas dendríticas, las rocas químicas y las rocas orgánicas.