Además de los estudios previos de flora, fauna, sociedad y arqueología; las empresas que encaran exploraciones llevan adelante varias etapas:
· Prospección: En esta fase, se aplican técnicas geofísicas, geoquímicas y geológicas para
identificar áreas donde hay potencial de minerales. Por ejemplo…
o Geofísica: Se emplean métodos como la Magnetometría, la gravimetría, la radiometría y la electromagnetría para detectar variaciones en las propiedades físicas del subsuelo.
o Geoquímica: Se analizan muestras de suelo, rocas y agua para detectar concentraciones anómalas de elementos que podrían indicar la presencia de mineralización.
o Geología: Se realizan mapeos geológicos detallados para comprender la geología de la zona e identificar estructuras favorables para la mineralización.
· Perforación: Una vez delimitadas las áreas de interés, se procede a perforar el terreno en puntos estratégicos para obtener muestras de roca. Estas muestras revelan la composición del depósito y ayudan a determinar su tamaño y valor económico potencial.
· Análisis de muestras: Las muestras obtenidas se envían a laboratorios especializados para su análisis químico y mineralógico. Estos resultados son esenciales para definir la calidad y cantidad de los minerales hallados.